Desde la ventana abierta de mi habitaciòn,un policromado tapiz de fragantes flores alegra mi vista.La tarde estaba declinando,el sol lanzaba rayos oblicuos que proyectaban largas sombras sobre los àrboles y matorrales.El frio me azotò un instante,se filtraba a travès de mi ropa, respirando la pureza y frescura de los suaves aires primaverales.
La alegria por el renacimiento de la vida traspasò mi corazòn y mi alma quedò extasiada por la belleza de la naturaleza.Senti la fuerza creadora de la Gran Madre en el aire que respiraba y me envolvia con un invisible tejido que vinculaba todo.Estaba tan embelesada que ante mi alma el lugar se transformò en un santuario de la naturaleza.
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