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lunes, 16 de noviembre de 2009

LA COLINA DEL VIENTO



Allí estaba yo,con mi gran maleta,dispuesta a pasarme tres dias en el monte para aprender a elaborar esencias florales.
Mi maleta estaba repleta de ropa para prevenir los frios nocturnos,pero también llena de ilusiones y fantasías de niña inquieta...dispuesta a dusfrutar de todo lo que la vida le regalaba.
La primera noche fué un encuentro y reconocimiento de almas,almas perdidas que esperaban encontrar algo (no sabían que) en esas montañas,quizás en lo más hondo de nuestro ser todos esperábamos llenar ese vacío,esa sensación de infelicidad continua que reinaba en nuestras vidas.
Había personas que venían de diferentes lugares,pero que compartían las mismas inquietudes,el mismo aire,el mismo cielo...
La noche siguiente todos estábamos más relajados,habíamos estado durante todo el dia paseando por el campo,meditando y fundiéndonos con el paisaje;eramos flor,pájaro y pino...
Fué esa noche cuando nos dirigimos hacia la colina del viento.Era un camino sinuoso entre barrancos y arbustos pero lo recorriamos con seguridad,con la seguridad del que nada teme,del que se siente guiado por el maestro,por el poseedor de la luz que nos guia.
En silencio sepulcral avanzamos en la noche,toda quietud y toda paz...ofreciendonos todo su esplendor.
En la oscuridad,rota sólo por la luz de la luna,"Él" tenía un aspecto imponente,su negra cabellera convertía su cuerpo en una sombra entre sombras,su relajado y cálido rostro enmarcado por los cabellos resultaba casi como una aparición.En sus ojos brillaban las estrellas.Allí sobre una roca,esbozó una leve sonrisa cuando insospechadamente se produjo entre los arbustos un movimiento semejante al oleaje del mar.Posó la vista en sus acompañantes y después gritó con fuerza:¡Viento!...¡Sopla!...La voz,la mente y el alma de todos se unieron en un grito que resonó con una intensidad sobrenatural en la noche.-Sopla...¡Ahora!...¡Más Fuerte!.Limpia nuestras almas hermano-.Sonaba la voz de él por encima de los aullidos del viento.
Sentí una renovada y violenta energia y como ardían de pronto la planta de mis pies;sin darme cuenta lancé un grito.Muy dentro de mi alma experimenté una sensación extremecedora y sentí una oleada de abrasante calor.
Cuando por fin cedió el viento,se encendió el horizonte como si se reprodujese el inicio del mundo.
Ahora al mirarlo,comprendí impresionada cuán poderoso brujo era,su aura era casi tangible revelando toda la formidable fuerza de su espiritu.
Entonces le dije:-Yo...no sé como explicarlo.Me tomarás por loca,pero...sentí que como mis pies ardían,el viento recorrió mi cuerpo haciendo notar su fuerza,pensaba que iba a morir abrasada-.
-Esta noche ha ocurrido aquí algo que cambiará el curso de nuestras vidas,cuando asimilemos la limpieza energética del viento habrá cambios-.dijo él .
De camino al albergue atravesamos un arroyo en el que percibimos algo centelleante...un trozo de cristal o de cuarzo.Eran muchos y diminutos los brillantes fragmentos,como si un diamante se hubiera hecho añicos,desperdigándose en aquella agua.Eran las estrellas y con su resplandor sentí que había llegado la esperanza donde sólo había desesperación.Existía una posibilidad de vivir de nuevo.
El viento me había abierto de nuevo las puertas de la vida...y yo no iba a perder una segunda oportunidad.
Habíamos regresado en pequeños grupos hasta el albergue en el interior del monte.Muchos estaban cansados,pero aún eran más los que se hallaban atónitos por el increible suceso.Nadie hablaba,Virginia y yo fuimos las últimas en llegar,de repente tuve la sensación de que la vida fluía por mis venas...y que hasta entonces apenas había tenido conciencia de que existiera.Me sentí limpia y mucho más libre que nunca antes en mi vida.
Al abandonar aquella colina,había abandonado algo de mí.Ahora percibía una mentalidad más prudente y amplia,con comprensión de las locuras del pasado y con el suficiente valor para admitir los propios errores y perdonar los ajenos.
Dormí tranquila,al despertar el alba había penetrado suavemente a través de los cristales y afuera una pálida y resplandeciente bruma ascendía de la tierra para derramar una lechosa luminiscencia sobre el bosque.Era hora de volver a casa.