Puede ser que una vez en un desvelo descubramos que el mundo es una fiesta
y encontremos al fin esa respuesta
que desde siempre nos esconde el cielo.
Puede ser que una noche en algún vuelo ganemos sin querer alguna apuesta
y advirtamos que un alma está dispuesta
a servirnos de paz y de consuelo.
Puede ser que el transcurso de los años nos vaya proponiendo otra corriente
dejando con suerte y aún extraños.
Y aunque en la piel nos queden cicatrices desde el viejo pasado hasta el presente,
puede ser que logremos ser felices.
MARIO BENEDETTI