LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

La semana pasada fuí al Banco y cómo suele sucederme en estos casos mi voz denotaba un tono de sumisión, mi actitud corporal transmitía infravaloración hacia mi persona con respecto a quién tengo delante, pero cómo la vida es nuestra escuela, me ha brindado una segunda oportunidad, porque el director de la sucursal que era con quien tengo que hablar está de vacaciones. Os preguntaréis que quiero del Banco en los tiempos que corren, pués si, aunque parezca mentira voy a solicitar un préstamo...pequeñito, pero préstamo al fin y al cabo.
Lo necesito para montar una empresa, quiero ofrecer a quien lo desee un lugar donde relajarse y recibir terapias que le enseñen a amar su cuerpo y a valorarlo como lo que es: el vehiculo de nuestra alma . A veces necesitamos un empujoncito para empezar a ser conscientes de que si estamos bien, los que están a nuestro alrededor también estarán mejor y eso crea una cadena que se extiende a todo el Universo. Podemos empezar prestando atención a nuestra mente, a nuestra alma ó a nuestro cuerpo, cuando empezamos a tomar consciencia iremos aprendiendo a transmutar lo negativo de nuestra vida en positivo.
Pués bien, ahora mismo mi propósito es practicar el respeto hacia mi misma y el respeto de los demás hacia mí. La próxima vez que vaya al Banco no dejaré que la actitud de sumisión se imponga y me obligue a soportar situaciones que más tarde me pasarán factura. No tengo porque aceptar ningún tipo de situación humillante, de lo contrario el que las crea me perderá el respeto. Respetarme es un acto de amor commigo misma, pero también con quien ofende. Cuando alguien nos desafía es porque antes ha sentido que nosotros mismos no nos respetamos. Lo que proyectamos inconscientemente se vuelve desde afuera.
Así que fuera miedos, en mi segunda oportunidad mi actitud será totalmente diferente. así que doy gracias a la vida por enseñarme a vivir desde el amor y no desde el miedo.